Hace poco
me preguntaron, ¿cuál ha sido tú maratón más difícil?, respondí Boston 2013.
Aquel maratón que por la lesión NO corrí.
Para mí el
Maratón más difícil es aquel que por alguna circunstancia no se puede correr.
Cuando
corremos maratón nos implica meses de entrenamiento, nos ilusionamos al
esperar la fecha, nos entregamos en esos kilómetros que vamos
sumando para llegar al día. Así que no correrlo por la circunstancia que
sea, implica una desilusión y una tristeza.
Boston
2013 es especial para mí, es mi maratón aunque no lo corrí.
Es un
maratón que me hizo llorar, y es que así son los amores a veces hacen sufrir.
Quienes hemos corrido maratón sabemos que correrlo implica un gran esfuerzo, no solo en los entrenamientos, sino el dia del maratón. Pasamos por momentos difíciles durante los 42 kilómetros y 195 metros; sin embargo es más difícil NO CORRERLO, QUE CORRERLO.
Boston
2013 es un maratón que me dejo grandes lecciones y aunque no lo corrí es mío,
porque lo viví.
Y puedo
decir que aunque no lo corrí, si estuve ahí a través de amigos que lo corrieron
y fueron empaticos conmigo. Y tuvieron el enorme detalle de dedicarme algunos
de sus kilómetros.
El maratón
que no corrí me enseño mucho. Me enseño que de cualquier tristeza me levanto.
Me enseño
que la palabra NO PUEDO es momentánea. Porque ¡Siempre se puede!.
Me enseño
que la fortaleza del corazón es más grande que la física.
Me enseño
que persistir es la clave para cualquier ÉXITO.
Me enseño
que un sueño vive en el corazón y no se sale hasta que se cumple.
Me enseño
que se aman a las personas, pero también se pueden amar ¡las
pasiones!
Me enseño
que el miedo y el amor es lo que más mueve a una persona y debemos fijarnos en
que sea el amor lo que nos mueva.
Me enseño
que soy más fuerte de lo que pensé, más persistente de lo que soñé y más terca
de lo que imagine.
Me enseñó
a que si amas algo, tienes que trabajar y buscar los medios para conseguirlo.
Porque la vida está hecha de caídas, pero nos define nuestras ganas de
levantarnos y poder decir, me costó pero lo conseguí.
Me enseño
con ese atentado Boston 2013 que hay personas malas, pero que hay muchas
más personas buenas, dispuestas a ayudar, a ser fuertes, a sonreír a pesar de
las adversidades.
Me enseño
que cuando la vida te dice "por ahora no" es porque quiere que
aprendas un poco más en el camino.
Me enseño que un sueño se cumple y ya que lo cumples vas por uno más.
El sueño
de correr Boston se cumplió en 2014, pero 2013 "el maratón que no corrí" sin duda ocupa un
lugar especial.
Ale Hernández
Amo Correr