jueves, 29 de mayo de 2014

Hablando sobre correr en Radio9

Entrevista realizada a Por Sandra Gómez La Madrid y José María Pumarino para "Un Mundo Raro" en Radio9 Hablando del Running


 http://www.radio9.xxx/






Dar clik al enlace para escuchar entrevista

martes, 20 de mayo de 2014

Maratón de Boston, un sueño con obstaculos, un sueño realizado


Durante un año recibí grandes enseñanzas, aprendí a ser paciente, a ser perseverante y sobre todo a persistir. Los sueños son los que nos impulsan a pesar de los obstáculos y cuando más pruebas se colocan en el camino, mas fuertes y más deseados se vuelven.

La lesión de tendones aductores fue más larga de lo que imaginé, 8 meses detenida y una recaída en diciembre fue lo que pase antes de una nueva noticia. Una segunda lesión.

En diciembre cuando todo indicaba que me reponía de esa recaída surge una nueva lesión, nada que ver con la primera ni provocado por correr. Un problema de columna, una distrofia discal, los discos estaban chocando uno con otro y ello producía la opresión del  nervio ciático, con ello venia una debilidad de la pierna y dolor en determinadas posturas, ¿las causas? Podían ser diversas. Parecía increíble que cuando todo aparentemente mejoraba aparecía una prueba más; algo que además no es reversible. Mi doctor quien además es atleta fue claro y me dijo: “Como médico te prohibiría correr; de atleta a atleta, te digo que analices la posibilidad de dejar de hacerlo” fueron fuerte esas palabras, ese día recuerdo que pensé “no puedo creer me esté pasando esto, me están diciendo que mi vida de corredora acabo”. Mi doctor me dio otras alternativas deportivas, me dijo que nadara, que no había mejor rehabilitador para la columna que nadar. Solo que había un detalle, yo no sabía nadar.

Salí del consultorio con dos opciones, una rendirme y otra intentar seguir buscando alternativas. Decidí ir por la primera, me rendí. Sentí en ese momento no tenía fuerzas para una nueva lucha. Fueron 8 meses entre terapias, médicos, trabajo de fuerza, mucha persistencia como para ir por una segunda batalla. Decidí despedirme de correr, di gracias por tan hermosa experiencia y  tenía el pensamiento que ésta era una prueba para enseñarme cosas nuevas. Sin embargo ese pensamiento me duro solo un día.

Al día siguiente desperté y me dije: no me voy a rendir. Decidí continuar. 

La vida está llena de experiencias que nos hacen débiles o fuertes, la decisión es nuestra.  La vida es corta, los milagros existen y la voluntad mueve montañas. La ventaja de vivir nuestra propia vida es que somos protagonistas y no antagonistas, la vida nos regala la oportunidad de decidir y no evadir, actuar para lograr y no solo soñar. Platique con mi nuevo entrenador, me dio esperanza y me dijo que si yo quería me ayudaba con su experiencia y guía, aunque por supuesto yo sabía la responsabilidad era mía.  Me ayudó en el proceso de reincorporarme cuidadosamente, mi fisioterapeuta estuvo muy en contacto con el entrenador y mi médico me ayudó con un tratamiento para lograr desinflamar un poco el nervio ciático y lograr recuperar la fuerza que había perdido en la pierna.

En enero sin aún poder correr, decidí aprender a nadar. A mis 37 años sentí que nunca era tarde para aprender absolutamente NADA. Leí que nadar era el mejor rehabilitador para cualquier lesión y además ayudaría a mejorar mi carrera,  a relajar los músculos y  a la lesión de columna. Hoy no soy una nadadora experta, pero ya nado y sigo aprendiendo.

La primera semana de febrero logré regresar a correr. Poco a poco mi entrenador Cesar Simoni me fue reincorporando, todo el mes de febrero preferí no pensar en el maratón. Fue hasta a finales de febrero cuando le pregunté si podía correr Boston, me dijo que NO. Era arriesgado, llevaba un mes corriendo, no había distancias y por tanto lo mejor sería no correr maratón en abril. A diferencia de la primera vez, cuando surge la primera lesión en 2013, tomé las cosas con mayor tranquilidad, no lloré y acepté. Ya estaba corriendo y para mi esa ya era ganancia. Sin embargo decidí que a diferencia del año pasado, ésta año si iría a Boston, mi inscripción ya estaba, nuestros boletos de avión y Hotel también, mi esposo me acompañaría, por lo menos de turistas y a vivir la fiesta del maratón, estaba decidido que sucedería.

Conforme fueron pasando los días mi rendimiento en carrera iba mejorando, mi cuerpo iba recordando lo bien que se sentía correr y eso se reflejaba en mi vida.

Para la segunda semana de marzo mi entrenador me dijo que había la posibilidad de ir a trotarlo, me veía muy bien, veía que mi cuerpo respondía. Para finales de marzo me manda mi primer distancia de 25 km. Confieso que fue una emoción grande cuando la hice, tenía más de un año de no hacer esas distancias y afortunadamente todo salió bien. Mis AMIGOS me apoyaron como siempre, me acompañaron y para mí fue una fuerza que me impulso.


Los dolores del nervio ciático seguían ahí, pero más leves, aprendí a controlarlos, aprendí a ser más disciplinada con mis estiramientos, estuve muy en contacto con mi fisio y muy obediente con mi doctor. Mi entrenador siempre estuvo muy precavido y mi voluntad muy entregada. Hicimos gran equipo.

A tres semanas del maratón, hago la segunda y última distancia 28 kms. Todo salió bien. Ese día sabía que correría Boston el 21 de abril del 2014. Terminé de entrenar y estiré perfectamente, recuerdo dedique casi una hora de estiramientos. Mi cuerpo increíblemente iba respondiendo a pesar del aumento de la carga de trabajo y me sentía fuerte.

Las últimas tres semanas bajamos ligeramente la carga de trabajo y seguía mentalizada en Boston, nadando, corriendo, obedeciendo cada indicación de mi entrenador, de mi fisio y pidiendo a  Dios que todo fuera bien.

Llega el 18 de abril y vuelo a Boston. No lo podía creer. Con dos meses y medio de entrenamiento, 8 meses detenida, una recaída, dos lesiones y mucha actitud estaba en el aeropuerto a punto de ir a cumplir mi sueño. Correr mi tercer maratón.
Sala de espera en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México

La Fiesta Previo al Maratón

Sin duda puedo definir a Boston como la ciudad de los maratonistas, desde que uno llega al aeropuerto se respira maratón. Gente con chamarras, playeras, maletas, gorras de tantos maratones del mundo. Gente que vive el maratón. Los de la aduana nos reconocen inmediatamente y saben vámos al maratón, nos preguntan con entusiasmo cuántos llevamos, con cuál calificamos, cuál fue nuestro tiempo. Es impresionante como se vive el maratón en tan bella ciudad. Los corredores nos saludamos con una sonrisa como diciendo “estamos aquí y compartimos la misma alegría”

Al día siguiente sábado 19 de abril, salimos Mario y yo a trotar, estábamos hospedados a 2 kms de la meta. Recuerdo que cuando mire a lo lejos y pude verla comencé a llorar, a mi mente se vinieron todos esos recuerdos, la primera lesión, los meses sin correr, la recaída, las terapias, cuando me hicieron aquellas radiografía donde encontrarían la segunda lesión. Me parecía increíble que hubiera superado todos esos obstáculos y por fin estaba allí, contemplando la META del maratón de Boston. Me pare, lloré, agradecí y contemple ese hermoso lugar, lleno de otros locos soñadores.

Sábado 19 de abril META del maratón de Boston

Minutos después fuimos a recoger mi kit a la expo. Orgullosa me coloque mi runner Passport y entre a recoger mi número para el maratón, se veía hermosa esa bolsa con mi nombre y dorsal 16553, mi playera de corredora de Boston y de ahí a vivir la fiesta de la expo,  uno de los majors más hermosos, el de Boston.
Recogiendo Kit en la expo del Maratón

Siempre he pensado que las expos son maravillosas, pero sin duda la de Boston ha sido mi favorita, no sé si por lo que representa para mi, o por ser la última que he experimentado. Las recomendaciones que siempre nos dan son: no te canses, no camines tanto días previos al maratón. Pero una vez más no obedecí, camine por horas en esa maravillosa expo, recorrí cada stand como niña en la dulcería, mirando todo lo que ofrecían y probando y comprando lo que podía comprar. Llegue al stand del team Hoyt, ahí estaba Dick Hoyt el padre, nos tomamos una foto con él, su video lo vi tantas veces para motivarme y su libro lo leí cuando me preparaba para mi primer maratón, fue inspirador conocerlo y tomarnos una foto con él.

Stand de Team Hoyt

Domingo 20 de abril fue un día más relajado, volvimos a la expo, uno no se cansa de visitar ese lugar, fuimos por unas cuantas cosas que no nos habíamos decidido a comprar y que al final compramos, no se está todos los días en Boston. Por la tarde asistimos a la cena de carbos organizada por el maratón, regresamos al Hotel como a las 8.00 pm para descansar. Hice todo ese ritual de los corredores, colocar mi número en el cinturón, colocar mis 4 geles, mi iPod, mis tenis, mis out fit, mis relojes (suelo correr con dos) uno que suma mis kms de nike, creo me volví una obsesionada en coleccionar kms y mi Garmin, el que utilizo para controlar mi ritmo. Todo listo para intentar dormir ese día, lo intente aunque no lo conseguí.

Después de dormir tres horas me desperté a las 5.00 am para desayunar y alistarme para salir al punto de reunión, donde los autobuses nos llevarían al bello Pueblo de Hopkinton.

Nunca había desayunado tan fuerte previo a una carrera, sin embargo serían varias horas de ayuno, mi disparo de salida estaba programado a las 10.25 y terminaría alrededor de las 2.00 pm, si no desayunaba serían muchas horas de ayuno. Desayuné un café y  un sándwich de jamón de pavo. Sabía me estaba arriesgando al desayunar eso, pero presentí era mayor riesgo no desayunar, además pasarían varias horas para el arranque de salida, 5 horas y media para ser exactos, sentí eran suficientes para digerir el desayuno y afortunadamente así fue.

Salimos del hotel, nos dirigimos al centro de Boston, accedí al camión y me encontraba sumamente emocionada. Al llegar a la villa de corredores en Hopkiton me sentí aún más emocionada. Miles de corredores ya concentrados, barras de granola, gatorade, fruta, café, pan de caja, bagels, mermelada, nutella y agua suficiente para todos. Tome un cuarto de vaso de gatorade y medio plátano alrededor de las 9.30, pase al baño y me dirigí a mi corral. Segunda oleada corral 8, faltaban 30 min para el arranque y mi corazón latía más fuerte que nunca. Pensé estando ahí lloraría, pero no fue así, no en ese momento. Mi alegría era tan grande que solo podía sonreír, estire perfectamente, calenté y comenzamos a avanzar.  Justo a las 10.25 se oye el disparo de salida de nuestro corral y comienza nuestra fiesta, mi fiesta de maratón.
Calentamiento previo al maratón



Oleada 2 Corral 8 Avanzando rumbo a la línea de salida


Comienza el maratón

Comencé a correr y estaba llena de felicidad, me encontraba iniciando mi tercer maratón. Es un maratón muy masivo y éste año fue más debido al atentado del año pasado 10,000 corredores más. Era difícil tomar ritmo, por ratos sentí iba muy rápido y por otros muy lenta debido a la aglomeración. Sabía que habían muchas colinas, pero no imaginé fueran tantas. Todo el maratón son subidas y bajadas. Eso sabía no es mi fuerte, menos las bajadas, por miedo a recaer durante los entrenamientos nunca hice cuestas, ni montaña, así que cualquier resultado obtenido sería un gran logro, cruzar la META, sería mi ganancia.

Disfrute cada porra, cada grito de aliento, llevaba mi bandera de México en frente y seguido escuchaba el “Go México” e inclusive “Vámos México”. Tenía referencia  de otros corredores, que había tramos dónde no había porra, sin embargo éste año eso no sucedió. Fue impresionante ver tanta gente aglomerada para apoyar el maratón. Jóvenes, niños, adultos, todos sonriendo y alentando a todos los maratonistas. La música del iPod nunca la escuche, los gritos de apoyo no lo permiten. Es gratificante chocar las manos de los niños quienes se estiran para tocar la mano de los corredores, las sonrisas que regalan durante todo el trayecto son hermosas.  

Una de tantas sonrisas en uno de tantos kilómetros

El abastecimiento oficial es completísimo y aún así hay gente que con sus propios recursos ofrecen dulces, agua, fruta, pan a los corredores. Gente valorando y alentando el esfuerzo.

Me sentía cómoda con mi ritmo, cruce el medio maratón en 1.42, mejor de lo que esperaba. No me sentía cansada. A pesar de las colinas sentí iba muy bien, en ese momento recordé cuando mi entrenador me dijo: “confía el cuerpo tiene memoria Ale” y le agradecí a mi cuerpo por recordar lo que le encanta correr maratón.

Boston un día antes estaba con ligero frío, pero el día del maratón se sintió mucho calor. Yo recuerdo que a la mitad del maratón mi playera estaba empapada, y eso que no suelo sudar mucho. Tomé hidratación en cada abastecimiento, cada 2.5 km tanto gatorade como agua. Toda la fruta que ofrecían también la tomaba. No suelo echarme agua al rostro, pero en esa ocasión sentí lo necesitaba. Nunca había corrido un maratón con calor, en el primero me tocó lluvia y frió, en el segundo frío. Temía que me agotará mucho el calor.

Pasando el km 24 encontré corriendo al equipo Hoyt, me motivo mucho. Volví a recordar cuando leí ese libro y pensé: “En ese primer maratón me motivaron y ahora estoy corriendo junto a ellos”, sonreí y les tomé una foto.

Team Hoyt corriendo


En el km 27 comencé a sentir un ligero cansancio. En mis dos maratones anteriores no había sentido eso, pensé era normal, mi entrenamiento no había sido el más completo por mis condiciones y el corto tiempo, pero aún así estaba convencida lo lograría.

En km 30 llegue a la famosa colina “rompe corazones”, recuerdo que mis amigos Nain y Gustavo me habían contado sobre ella, me habían dicho de ese olor a carne asada, dijeron: "cuando percibas ese olor a carne asada, la colina está por venir" lo pude percibir; la gente de ese vecindario sale a asar carne, sacan camastros y realizan una especie de pic nic y disfrutan el maratón.  Cuando inicia la colina hay un corazón grande y roto en el piso, con varias frases escritas por las personas que habitan la zona, leí la frase “You Can”  pensé claro que puedo, fueron 6km de subida pesada, baje ritmo, ahí fue cuando me olvide del reloj, sentí que el ritmo lo había bajado considerablemente, no me quise presionar, me había costado tanto llegar a ese día que el tiempo era lo de menos, no sabía cuánto me tardaría pero estaba decidido cruzaría esa META. A mí siempre me han costado las bajadas, no sé bajar y siento mucho el golpeteo en las rodillas, ese era mi mayor temor en Boston, pero me tope con la sorpresa que las subidas en esos kolómetros era lo que más estaba sufriendo. En el km 34 Me acorde de mis amigos, quienes habían tenido un detalle hermoso conmigo en complicidad con mi esposo. Un día antes del maratón, a las 8 de la noche, mi esposo me entrego un álbum con  42 fotografías mías corriendo y de mis amigos más cercanos, con mensajes de aliento de ellos. Mario, Juan Carlos, Yazmín, Capeto y Nain habían realizado ese hermoso regalo, agradecí tanto a Dios por esa amistad, me sentí bendecida nuevamente. Ellos le pidieron a otros amigos también incluyeran frases deseándome éxito, ese regalo fue una hermosa motivación un día antes y que recordé en esos kilómetros tan pesados para mí. Al recordarlos sabía me estaban  siguiendo, sabía estaban pensando en mi, al igual que mi mamá, mi papá, mis hermanos, mis cuñadas, mis demás amigos. Les dije mentalmente: “manden esa buena vibra, ya se dieron cuenta que baje ritmo, ya saben que me está costando. Necesito esa buena energía”. Parece increíble pero la sentí. La mente es tan poderosa y sentí esa energía. Sabía estaban pensando en mi y después lo corroboré. Así con esfuerzo y cansancio logré llegar al km 40

En ese km 40 comencé a llorar, vi ese número mágico y me dije “ya lo conseguiste” mire el reloj y llevaba 3.27 minutos, no podía creer llevara ese tiempo, se me hacía muy bueno, pues yo sentía había bajado mucho el ritmo durante los últimos 10 kms. Lloraba y pensaba “que fuerte soy”, recordé la lesión del año pasado, el dolor físico y emocional, las terapias, los doctores, mi primer regreso, la frustración a la recaída, la segunda lesión y me volví a repetir “que fuerte soy, estoy corriendo y lo voy a conseguir”. Después fueron dos kilómetros pensando íntegramente en mis hijos, me agarre de ellos. Me sentía cansada, lloraba y sentía eso me agotaba. Mis hijos me habían mandado una notita que llevaba conmigo en mi cinturón, sentía que con esa nota de alguna manera corrían conmigo. En ella me decían “tu puedes, te queremos” “mucha suerte mamá”. Fueron dos kms con  195 mts pensando en ellos. Ellos en mi mente y corazón cruzaron la META conmigo.

A metros de llega a la META



Cuando vi la META llore nuevamente de felicidad, agradecí la oportunidad de vivir esa experiencia, de correr mi maratón, de haberlo conseguido. Logre con 3.38.18 ser una maratonista de Boston. Logré nuevamente mi calificación dentro de Boston, no sé aún si lo correré en 2015 pero saber que lo conseguí  es un gran orgullo.

Cuando me colgaron la medalla besé mi unicornio, nunca había besado una medalla, pero tampoco nunca me había costado tanto lograr un sueño al correr. Una vez más se había cumplido el objetivo de toda carrera, SER FELIZ CUANDO CORRO.


Recién terminando el MARATÓN


Los corredores somos aferrados, intensos, entregados, apasionados, persistentes, soñadores y quizá yo un poco más, quizá todos pensamos igual.

Correr maratón es más que un sueño, es demostrarnos a nosotros mismos que podemos cumplir nuestros objetivos. Soñar no sirve de nada si no luchamos, trabajamos, planeamos e insistimos por cumplirlos.

Doy gracias a Dios y a la vida por permitirme soñar, pero doy aún más gracias por permitirme cumplir esos sueños.

GRACIAS a Dios, a mi esposo, mis hijos, mi familia, mis AMIGOS, a mi entrenador Cesar Simoni por esa guía y por ese regreso. Y a todos aquellos que me inspiran. Gracias por apoyarme en ésta locura y grana amor por correr.

Amo correr
Soy Corredora <3

  
Foto tomada por: Juan Carlos Sánchez Díaz -Poblanerias-

lunes, 28 de abril de 2014

miércoles, 29 de enero de 2014

He Decidido

La vida esta llena de experiencias que nos hacen fuertes o débiles, la DECISIÓN es nuestra.

Después de la lesión, me llego el regreso a correr, pero con ello otras complicaciones. Así es la vida misma, nunca es lineal, algunos le llaman pruebas, yo le llamo VIDA. Los caminos son diversos y es decisión nuestra cuál camino tomar, es probable que algunos sean caminos complicados, pero es decisión nuestra seguir, regresar, abandonar o tomar un mejor camino. La vida nos regala esa posibilidad de decidir y no evadir. Actuar para logra, no solo soñar, sino buscar los caminos correctos para lograr.

La ventaja de vivir nuestra propia vida es que podemos ser protagonistas o antagónicos, nosotros decidimos.

La vida no es fácil para nadie, pero es decisión de cada quien quedarse igual o actuar para mejorar. Y para ello hay que ser congruente con nosotros mismos, que nuestros actos vayan de acuerdo con nuestras palabras. Es cuestión de hacerlo, es cuestión de decidir.

Correr me sigue enseñando tantas cosas. Me ha enseñado a ser paciente! Ya soy amiga de la paciencia, me ha enseñado a aceptar, me ha enseñado a trasformar lo que no me gusta por algo que si me agrade, me ha enseñado a quedarme con lo bueno de las historias y me ha enseñado a amar otros deportes.

Correr me ha enseñado que aquello que aparentemente nos limita, también nos abre una enorme puerta de posibilidades de cosas nuevas. 

Estoy segura que Correr sigue siendo natural, pero sé debo cuidarme, sin olvidarme de lo que me gusta.

Esta situación me ha orillado a aprender a nadar y aunque no sabía, sé que aprenderé. 

Corriendo aprendí que todo se puede, no se trata de decirlo, se trata de trabajar para conseguirlo. Se trata de DECIDIRLO.

He decidido ser FUERTE, porque la fortaleza no es una cualidad, es una DECISIÓN.

He decidido no dejar de correr, pero cuidándome, apoyándome de otros deportes,  porque correr no es un amor celoso, es compartido.

He decidido disfrutar de todo lo que hago y aprender de cada una de mis experiencias, porque sigo firme que si no aprendemos no vale la pena lo vivido.

He decidido a aceptar, pero también afrontar y resolver.

He decidido sonreír, porque eso no cambia.

He decidido seguir amando correr, porque el amor también es cuestión de decisión.

He decidido no rendirme, porque no es la naturaleza del ser humano.

He decido hacer caso a mi corazón, con ayuda de mi intuición.

Es decisión de cada uno ir por nuestros sueños, luchar por ellos, vivir, disfrutar y sonreir.



AMO CORRER
SOY CORREDORA <3